jueves, 29 de enero de 2015

La goma del Plaf!

Hubiera querido poder ilustrar esto con una foto pero imposible. El otro dia cambiaba los pedalines traseros de la motocicleta, y terminada la tarea tenia un llamativo olor en las manos. A goma! A goma de los plaf! los plaf eran unos productos de "buceo" infantil que se usaban cuando yo era chico. Eran malísimos pero uno estaba feliz de tenerlos porque era lo más! Las tiras te apretaban la cabeza, entraba agua por todos lados, eran de un color azul horrible pero lo peor ra el olor...el mismo de los pedalines. Fuerte como aliento de perro. Pero lo mejor de todo fue poder recordar una vez mas esos dias en la pileta de la Bernalesa, llenos de mística. Algun dia hablaremos de eso...

sábado, 29 de noviembre de 2014

Diálogos en la Noche

Natural inclinación me lleva a tomar cariño a las cosas; al viejo sillón donde he estudiado y cuya vista evoca en mí los recuerdos de tantas hojas; a la pluma que uso, la que ha escrito tarjetas de invitación a los amigos en las noches de fiesta, y tarjetas de apremio al médico en las madrugadas de angustia; a los objetos familiares que me rodean en la habitación, testigos de horas alegres y de horas muy tristes pasadas entre ellos; quiero todas estas cosas como si pudieran participar de mi cariño: son mis amigos.
Hay en la acera de mi casa un arbolillo joven cuya sombre proyectan sobre pared del vestíbulo la luna en las noches claras y el farol de enfrente cuando no hay luna.
Y, al abrir la puerta, volviendo del teatro, de la imprenta o del paseo, busco aquella sombra amiga en la pared, aquel contorno del arbolito joven que parece esperarme allí, salir a mi encuentro con la bienvenida, descarnado en invierno cual si lo hubiera consumido la impaciencia de una larga espera; con fronda de hojitas nuevas en primavera, como si se hubiera engalanado contento de mi llegada, y lo saludo diciéndole mentalmente, cuando no de viva voz, aunque os riáis:
- Buenas noches, arbolito...
¡Mi fiel árbol!...
Después de esto no extrañaréis que yo converse con mi lámpara, silenciosa compañera de todas las noches, que esparce su luz amable y franca sobre las cuartillas invitando al trabajo, atenta siempre a ver cómo se llenan unas tras otras bajo la claridad de su nimbo blanco.
Si, mi lámpara y yo somos amigos también; le profeso un afecto de camarada y siento la influencia de su compañía en la mesa de labor.
No creeréis esto; sin embargo, os aseguro que es muy cierta y sensible al espíritu la influencia de esas compañías inconscientes.
Os contaré lo que me ha pasado. Mi lámpara y yo teníamos, hasta ayer; ella una amiga y yo un compañero de trabajo, desconocido y sin duda ignorante de su situación respecto de mí.
El vecino de la casa de enfrente trabajaba de noche. Desde la ventana de mi balcón se veía su ventana iluminada con esa luz inteligente, serena y cordial de las habitaciones donde se trabaja en silencio.
Aquella luz bañaba la parte visible de una mesa-escritorio regularmente provista de papeles diversos: manuscritos, pliegos en blanco, legajos...; de cuando en cuando la mano del vecino aparecía en el campo de mi visual en busca de uno de aquellos papeles; separaba, elegía y tornaba a ocultarse dejando otra vez lleno de su luminosa soledad el pedazo de habitación encuadrado por la ventana.
Bien poco es todo esto; una mesa, papeles blancos, una mano, una lámpara...
Pues, bien, todo aquello era para mí algo susceptible de cariño, un conjunto viviente con vida afectiva: una simpatía. Aquello y yo éramos amigos.
Llegada la hora de ponerse al trabajo, encendía yo mi lámpara y decíala:
- Vamos a trabajar ¿eh? El vecino trabaja ya, de seguro.
Ciertamente, el vecino trabajaba como de costumbre. La lámpara, fiel y contenta, derramaba su luz blanca sobre la mesa de labor, sobre los papeles yacentes en orden, iluminando la soledad de la habitación llena de discreto silencio.
¡Oh! !Y que encantadores diálogos sostenían mi lámpara y la lámpara del vecino, ambas tan sumisas, ambas tan constantes y tan humildes ante la majestad de la noche!
¡Y cómo alentaba al espíritu absorto en la austera labor silenciosa, al pensar que allá enfrente otro espíritu trabajaba también, animado en la tarea por una luz amiga que brilla con la serena paz del pensamiento flotante en la soledad!
Un callado diálogo de luces, una secreta concordancia de actividades, y en derredor la noche.
¡Esas noches amigas del que trabaja! Todo en silencio; de cuando en cuando, abajo, los pasos de un transeúnte solitario que repercuten en el vacío de la calle; primero lejanos, más cerca después, luego al pie del balcón, sonoros y recios; por último, débiles cada vez más, hasta perderse poco a poco en la melancolía de la distancia...; un rumor sin causa, una campanada que el aire trae desvanecida en sus ondas, y sobre todo esto, las horas pasando en silencio, como visiones flotantes en marcha a lo obscuro, pedazos de sombra que van a amontonarse en la cima del tiempo, mientras sostienen las lámparas sus diálogos de luces en la soledad y se anima el espíritu pensando:
- El vecino trabaja; no estoy solo.
No, no estoy solo: Allá enfrente, tras los cristales de la ventana, se ve una mano que busca entre los papeles, separa, elige y torna a ocultarse, dejando otra vez lleno de su luminosa quietud el pedazo de habitación recortado con luz en la sombra.
Aquel vecino laborioso se mudó ayer; por la tarde sacaron los últimos muebles y cerraron la casa vacía.
- Vamos, -había dicho yo maquinalmente-; el vecino trabaja ya, de seguro.
No, el vecino no trabajaba aquella noche con nosotros.
La ventana amiga estaba cerrada; la casa toda mostrábase hostil con la muda hostilidad de las casas vacías.
Durante mucho tiempo la he estado mirando con la frente pegada a los cristales fríos, mientras mi lámpara derramaba en silencio su luz tranquila sobre los papeles.
Después pensé que era ya hora de ponerse al trabajo; sentéme en silencio y mojé resueltamente la pluma. La tinta se secó en ella sin haber trazado la primera palabra en la cuartilla virgen. Pero al fin fueron tendiéndose dificultosamente las líneas del párrafo inicial; ¡el trabajo triunfaba!...Por desgracia el párrafo inicial resultó inaceptable y fue preciso volver a empezar.
decididamente hay noches hostiles al trabajo. Demasiado silencio en torno...
Por último, mi lámpara y yo nos miramos, advirtiendo que algo teníamos que decirnos. Era preciso rendirse.
- Si, mi pobre lámpara -le dije entonces-. No estamos hoy con ganas de trabajar ¿verdad? Nos hace falta el vecino y su lucecilla de todas las noches...¡Qué demonio! la costumbre...Mira; vámonos a dormir, y mañana ya nos habrá pasado esto. ¡Cómo ha de ser!

                                                                                                    
                                                                                                     Arturo Giménez Pastor

Dos mil catorce...

Esas ganas de volver...

viernes, 11 de octubre de 2013

Su identificación por favor...


En el día de hoy decidí que todos los comentarios que yo reciba tienen que ser de usuarios idenfificados y verificables. No me pareció justo estar en desventaja, sabiendo mis lectores quien soy y yo desconociendo la identidad de quien me escribe.  Aclaro que nunca recibí ningún comentario agraviante pero está bueno dar la cara, y a partir de ahora así será para quién quiera comentar algo. Un abrazo grande para todos.

martes, 5 de marzo de 2013


 
 
UN TEXTO SEXISTA
 
 
El texto que van a poder leer a continuación se encuentra ampliamente distribuido en las redes sociales entre ellas en facebook.

En el se describe una situación en la que los niños califican....¡a su padre! a instancias de la maestra de la escuela.
Pero antes de entrar en el análisis del mismo vayamos a su lectura para luego hablar con fundamento...
 
"CALIFICACIONES

Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria - fue lo que la maestra me había dicho un día antes.

-“¡Pues qué piensa esta maestra! ¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las 8:30.

De ella dependía un buen negocio ...y... ¡tuve que cancelarla!

Ahí estábamos todos, papás y mamas, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que recibiría.

José Hernández!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de José Hernández?”-Dijo la maestra.
“Sí aquí estoy” contesté, pasando al frente a recibir las calificaciones de mi hijo.

Regresé a mi lugar y me dispuse a verlas. -“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?” Las calificaciones estaba llenas de seis y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi hijo.

De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba:

“Pero si le doy todo! ¡Nada le falta! ¡Ahora sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y grité: -“¡Ven acá Jose!” Jose estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, le grité, le decía lo decepcionado que estaba de él. “¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.

José, se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.

Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina.

Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y entregándome las calificaciones de José, que estaba dentro de mi cartera, me dijo:

-“Léelo despacio y después toma una decisión...”. Al leerla, vi que decía: BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a papá:

Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7

Calificación promedio: 6.22

Los hijos habían calificado a sus papás. El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos) Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré. Me hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era imposible. José abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió.

¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el valor adecuado aquello que es importante en la relación con nuestros hijos, ya que en gran parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.

¿Te has puesto a pensar que calificaciones te darían hoy tus hijos? Esmérate por sacar buenas calificaciones..."
 
Ese es el texto completo...
Ahora bien, paso a su análisis...
En estos tiempos en que se habla tanto del sexismo en la lengua, de decir "todas y todas" hasta el hartazgo y la estupidez, buscando no sé que fines, tenemos que ver esta novela donde el unico calificado y denigrado es su padre, solo el masculino.
La madre no solo no está sometida a análisis alguno sino que se la muestra en la historia como un dechado de virtudes la cual en momentos en que el padre pierde el control y hace demostración de violencia como una cualidad innata de los hombres, ella se mantiene calma, callada y hace su aporte en el momento oportuno, cosa que como todos sabemos en la realidad son la minoría de los casos, baste para eso recordar los ataques de histeria femenina que tan frecuentes son....
El hecho que un padre sea calificado  por su hijo no solo es un absurdo sino que destruye las bases de la autoridad paterna tanto como las de la propia familia.
Porque no son calificados ambos? padre y madre, o mejor dicho madre y padre, como usamos las palabras todas y todos?
Ni me atrevo a sugerir que fuese puesta en cuestión solamente la madre....
Otro pequeño detalle....porque no cuestionar a las maestras? pensando cuantos puntos les darían los alumnos por su asistencia, por su forma de tratarlos, de escucharlos, de aconsejarlos, por su vocación de servicio, por empezar un año lectivo sin amenazas de paro?
Saben porqué señoras y señores? (tengo que estar a tono) porque el sistema no solo no se conforma con equiparar al hombre y a la mujer en la sociedad, cosa con la que estoy de acuerdo aclaro, sino porque apunta a la degradación y la humillación del género masculino.
Se pretende que seamos en todos los casos los violentos, abusadores, golpeadores y así por derecho propio se nos quita el derecho a la tenencia de nuestros hijos bajo la bastarda patraña de la tenencia compartida que solo se cumple para la cuota alimentaria, en realidad nunca teniendo el hombre constancia si del otro lado se cumple con el 50% de la obligación.
En fin, seremos tratados de esta manera siempre que no seamos conscientes de nuestro valor como género.
Otro ejemplo que nunca me canso de decir: "basta de violencia contra las mujeres"....estoy de acuerdo, pero....se les puede golpear a los niños, a los abuelos, a los animales, al medio ambiente?
Por que no dejan de pensar en si mismas?
El mundo está hecho de hombres y mujeres y fué hecho por hombres y mujeres....
He dicho.

 
 


sábado, 17 de noviembre de 2012

 
 
Cambio de rumbo...

Este próximo miércoles 21 de Noviembre se producirá un hecho que nunca hubiera pensado en mi vida. Algo que mirando con las "luces bajas" se pudiera atribuír a quien hoy me acompaña, cuida y comparte su vida conmigo. Pero no es así, han ocurrido cosas, señales y acontecimientos que yo no supe leer en su momento, como carteles que nos van avisando que tal cruce de camino se aproxima y los ignoramos hasta que giramos el volante hacia el lado que la vida nos venia avisando que lo haríamos. Ese tinte, esas cosas que acontecían, esas confusiones de las que yo era víctima, a veces para bien y otras para muy mal me iban avisando lo que ocurriría algún día. Cuando una puerta se cerraba eran ellos quienes me ayudaban, quienes me facilitaban las cosas, quienes me enseñaban que podía existir otra forma de vivir, que decir: "no puedo hacer nada" no era la única respuesta. A partir del miércoles ya no diré "ellos", diré "nosotros", hasta el fin de mis días y junto a Yessica, como debe ser...

viernes, 27 de abril de 2012

Una reliquia de la sexología

Esta postal fue enviada desde París al psiquiatra austríaco Richard von Krafft-Ebing (1840-1902) por un corresponsal anónimo (probablemente un psiquiatra colega). La tarjeta lleva el nombre del estudio fotográfico (A. Block), así como un logotipo de Moulin Rouge. En la parte posterior de la postal alguien ha escrito con lápiz 'Margot y Fend l'air', posiblemente los nombres de dos artistas de cabaret. La mujer, vestida con traje de burlesque, cabalga al hombre, que tiene una vara entre los dientes, ella las riendas en la mano izquierda y blande una fusta con la derecha.


Krafft-Ebing trabajó como un experto médico forense en los casos de conducta sexual desviada lo que lo llevó a interesarse en la psicología de la perversión sexual. Su trabajo sobre las prácticas sexuales no convencionales, fue "Psicopatía Sexualis" (1876), llevó su nombre a una gran atención dentro y fuera de la profesión médica, y aseguró la clasificación de una serie de actividadessexuales no-procreativas, y el uso de nuevos términos, como "masoquismo", por ejemplo, ganó amplia aceptación en el siglo XX.